¿Es la educación privada la respuesta a la calidad educativa en España?

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Son días muy muy complicados para la educación pública española. Los jóvenes de hoy en día critican con avidez las clases que reciben, a las que en muchas ocasiones ponen el calificativo de “insuficientes” o “inútiles” de cara al futuro de sus carreras profesionales. Los motivos principales de esa ineficiencia de esa educación pública tienen que ver con que el profesorado no es el adecuado o que éste no se ha adaptado correctamente al Plan Bolonia. O que simplemente no se quiere adaptar.

En efecto, esa preferencia y esa apuesta por las clases prácticas, por poner un ejemplo, no se ha puesto de manifiesto durante la primera década del Plan Bolonia. Las clases magistrales de los profesores siguen existiendo a pesar de que no reportan a los jóvenes los beneficios que éstos demandan. Y lo peor de todo es que no tiene pinta de que la situación vaya a cambiar en el apartado público durante los próximos años.

A todo esto se suma todo lo que viene aconteciendo en las últimas semanas con el caso relativo al máster de Cristina Cifuentes, quien supuestamente obtuvo un Máster por parte de la Universidad Rey Juan Carlos de manera irregular. Si la educación ya estaba en entredicho como consecuencia de lo que hemos recordado en los dos primeros párrafos, con esta nueva noticia ya las cosas se vuelven prácticamente insostenibles. En España tiene que cambiar algo. Y cuanto antes, mejor. Es más necesario que nunca.

Pero tiene algo positivo todo lo que viene sucediendo en España con la educación pública. Que los jóvenes se han unido en torno a todo este sistema que no parece ser solamente ineficiente, sino también corrupto. Ver a todos esos muchachos y muchachas en manifestaciones en contra de los recortes en Educación y, más recientemente, en protestas por lo acontecido en el ‘caso Cifuentes’ resulta conmovedor. Y es que la juventud española empieza a estar harta de la escasa calidad existente en la educación nacional y ha dicho ‘basta’.

‘Desviarse’ a la privada, una alternativa eficaz

Hacerse la pregunta es inevitable. Si la educación pública, como realmente parece, no funciona, ¿por qué no apostar por la privada como medio para obtener unos conocimientos y adquirir unas habilidades que realmente nos permitan prepararnos para el futuro que realmente queremos tener los jóvenes? La pregunta no es baladí. Son muchos los que han inspeccionado ese posible cambio y los que han apostado por él. Y la verdad es que no muchos se arrepienten de ello. Formatic Barcelona, una de las muchas universidades privadas españolas, registra uno de los índices más altos de satisfacción entre sus estudiantes.

Las razones son bien sencillas. Un profesorado que se dedica profesionalmente a la labor que trata de enseñar, unas instalaciones de primera calidad y una oferta variada que también apuesta por una formación online y una formación en Grado Superior. La motivación es muy importante a la hora de estudiar y, en un centro como este, lo cierto es que no se pierde ni un ápice de ella.

Preparados para la educación del futuro

Un artículo del diario El Mundo publicado a finales de septiembre de 2015 relataba cómo va a ser la escuela del futuro, algo que también puede extrapolarse a la educación universitaria. Entre los cambios que se mencionan, destaca el que desparecerá esa abominable clase magistral, que el aprendizaje será personalizado, que las habilidades primarán ante el saber académico o que Internet será la fuente principal y el inglés el idioma mayoritario. Muchos de esos cambios ya son una realidad en algunas universidades españolas. Formatic Barcelona es una de ellas.

Todo lo anteriormente expuesto constituye un argumento de peso para cambiar la pública por la privada. Aunque no es eso lo que muchos demandan, puesto que apoyan una mejora de la calidad de la educación pública, lo mejor en la actualidad consiste en ‘desviarse’ a lo privado para obtener la educación que todos los jóvenes merecemos y que nos está siendo negada un año sí y al siguiente también.

Nadie sabe qué deparará el futuro en lo que respecta a la educación española. Cada vez que un partido llega al poder en el Gobierno Central o en alguno de los gobiernos autónomos, una Ley de Educación cambia. Ya está bien de promesas y de aspiraciones. Es hora de hablar de realidades. Es hora de hablar de la educación del futuro.

 

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