Ser vigilante de seguridad es algo serio. Lo primero que hay que tener es determinación y luego emprender la búsqueda de una academia en la que comiences a ir familiarizándote con el temario y las demás pruebas que son necesarias. Estamos ante el desafío del “opositor”, porque para el Ministerio del Interior, la formación implica la superación de unas pruebas de carácter físico y teórico que son convocadas siempre a principios de año.