No es normal el ritmo de vida que llevamos, ya que los niveles de estrés que acumulamos a lo largo debido al trabajo y a la familia nos generan grandes problemas de ansiedad. Pero más allá lo que subyace es cómo se ha transformado la filosofía del ser humano, que está enfocado con más frecuencia en conseguir todo tipo de objetivos de manera inmediata, sean de naturaleza material o intangibles. Puede parecer positivo tener metas y querer conseguirlas, y lo es pues es una manera de dirigir tu vida y estar motivado. Pero esto pierde todo el sentido cuando tendemos a querer las cosas sin respetar los procesos de la vida, y sin aceptar que no siempre se consigue lo que se quiere. Y evitamos este pensamiento porque tenemos miedo, y no queremos reconocerlo.