Formas de Envejecimiento Activo

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Muchas personas ven el envejecimiento con recelo y hasta miedo, lo asocian con soledad y pasividad. Si bien, muchas veces es más la actitud que podemos tener sobre la Tercera Edad que la realidad de lo que esta puede representar.

Es cierto que son muchos los retos por superar por parte de nuestra sociedad si queremos encaminarnos hacia un envejecimiento digno y activo.

Si bien, debemos de empezar a abrir el diálogo de otra forma de entender la época de nuestra Jubilación. Y es que, el hecho de cumplir años puede deteriorar en cierta medida nuestro cuerpo, pero si prevenimos posibles malestares o problemas de salud con una dieta saludable y una vida activa podemos convertir este periodo de madurez en una gran etapa de aprendizaje y disfrute.

Para ello, debemos de cuidar ciertos hábitos y dirigirnos hacia buenos hábitos de forma diaria, empezando por un buen hábito alimenticio con una dieta variada y equilibrada.

Para ello, debemos de evitar en la medida de lo posible grasas, azúcar y basar nuestra dieta más en vegetales y frutas.

En este sentido, es importante mantener nuestra mente activa, seguir manteniendo una gran curiosidad por aprender. Es muy interesante utilizar el tiempo que tenemos en la jubilación para estudiar algo que siempre nos ha interesado y volver a la Universidad, apuntándonos, por ejemplo, a la Universidad de Mayores.

Al igual que tener cierta rutina en nuestra dieta también es importante que al hacernos mayores no perdamos el hábito de hacer ejercicio así como adaptar nuestro hogar a nuestro nuevo estilo de vida.

De hecho, nuestra vivienda es la referencia de nuestro “refugio” y debemos adaptarla a nosotros, a nuestras preferencias e intereses. El entorno social en el que nos desenvolvemos la gran parte del tiempo se convierte en un lugar importante para nuestro desarrollo y es fundamental para nuestra salud.

Por ello, es interesante para los mayores poder permanecer el mayor tiempo posible en sus hogares y en el que es su ambiente natural. Ahora bien, muchas personas prefieren ingresar en residencias donde también les llevarán un seguimiento más exhaustivo, sobre todo si padecen de enfermedades mentales como el Alzheimer.

En este sentido, los profesionales de San Vital, por ejemplo, señalan lo importante que es que los mayores estén acompañados por profesionales y especialistas en este tipo de enfermedad.

Y es que, al verse limitados en sus capacidades lo mejor es que cuenten con ayuda profesional puesto que muchas veces aunque los familiares quieran hacerse cargo de sus familiares que padecen este tipo de enfermedades va a haber muchas situaciones en las que no sabrán cómo ayudar y contar con la ayuda de expertos facilitará mucho las cosas.

Las Mejores Opciones para quienes padecen de Alzheimer dependiendo de las Etapas de la Enfermedad

Si lo mejor es mantener una vida activa al padecer enfermedades como el Alzheimer no es posible llevar una vida como la que solíamos puesto que la enfermedad supone ciertos retos y dificultades para la persona que la padece.

Según los datos del INE estamos hablando de aproximadamente cuatro millones de personas mayores de 75 años que padecerán la enfermedad en 2020, por lo que deben de redirigirse muchos más esfuerzos a la hora de mejorar la vida de las personas que se encuentran en esta situación.

En primer lugar, debemos de entender la enfermedad para dar también con la mejor forma de cuidar a una persona que la padece.

Por otro lado, el Alzheimer consta de diferentes etapas, entre ellas se encuentran una primera etapa más leve, otra moderada y la severa.

Entender la progresión de la enfermedad puede ayudarnos a la hora de planificar y establecer medidas preventivas de cara al futuro.

En este sentido, en la etapa más leve, las personas con Alzheimer pueden empezar a tener ciertas pérdidas de memoria y cambios pequeños en su personalidad. Se les pueden olvidar ciertas cosas, nombres de personas conocidas o cosas que han ocurrido en el corto plazo. También es posible que no sean capaces de resolver problemas matemáticos sencillos.

Es una etapa en la que a las personas que padecen de esta enfermedad va a costarles más la planificación y organización de sus tareas.

Al entrar en la etapa moderada de la enfermedad es más obvio ver la confusión y pérdida de memoria, en esta etapa ya puede ser necesaria más ayuda, ya sea al vestirse y también pueden empezar a padecer problemas de incontinencia.

Esta es la fase en las que pueden tener ciertos problemas a la hora de reconocer a sus familiares o amigos. Es posible que no sepan dónde están, qué día o año es. Al perder fácilmente este sentido de orientarse no es recomendable que los dejemos solos.

Al pasarnos a la etapa severa de la enfermedad empieza a ser conveniente recurrir a un sitio con profesionales especializados puesto que es la última etapa que acaba con la muerte de la persona. En esta etapa es posible que no puedan caminar y necesiten ayuda con todas sus necesidades cotidianas.

Por otro lado, es frecuente que en esta etapa ni siquiera puedan reconocer a sus familiares y les cueste comer, con lo que la ayuda de profesionales que conozcan cómo mejorar la vida de las personas que se encuentran en esta etapa final ayudará mucho a sus familiares en esta última etapa.

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