La ansiedad no es algo nuevo que haya aparecido de unos años a esta parte, pero sí podríamos decir que el nivel de “ansiedad” general de la población ha estado estable hasta finales del siglo pasado. Ya en los noventa, y sobre todo a principios del S.XXI, esta enfermedad se ha hecho cada vez más acuciante entre la población de cualquier edad. Nadie se libra, niños, jóvenes, adultos e incluso ancianos pueden padecerla y cada vez son más aquellos que sufren, o han sufrido alguna vez, un episodio grave.
Y es que hoy en día, más del 40% de la población española padece de ansiedad o depresión, y lo más preocupante es que sólo la mitad de esos enfermos trata el problema.
Según la experta en terapia para la ansiedad en Madrid, Maribel Paz, el problema no es sólo el estrés al que estamos sometidos continuamente, sino a que solemos dar prioridad a los problemas de padres, madres, hijos, amigos o parejas, por lo que nosotros quedamos siempre en un segundo plano. Esta situación, a la larga, provoca un problema que parece dormido hasta que una situación traumática, como puede ser un divorcio o un fallecimiento entre otras, despierta el problema, teniendo entonces ante nosotros una situación mucho peor de lo que habría podido ser de haberla tratado a tiempo.
Y es que, según los expertos, nunca antes había habido tantos episodios de ansiedad, tan visibles ni de los que se hablase tanto. En España somos líderes en consumo de ansiolíticos como el trankimazin, de hecho, la OMS asegura que una de cada 10 personas sufre este tipo de síntomas y de acuerdo con las últimas encuestas, la ansiedad ya es el problema mental más citado por los españoles.
¿Cómo luchas contra la ansiedad?
Algunos datos revelan que hay ciertas personas que son tan sensibles a los cambios de tiempo que con la llegada del frío tienen más posibilidades de padecer ansiedad que en cualquier otra época del año. De igual modo, son más propicios en esta época a padecer pánico, estrés postraumático y fobias específicas. Sin embargo, aunque no podemos controlar el tiempo, hay algunas otras cosas que sí podemos hacer con el fin de luchar contra esta enfermedad silenciosa:
- Las nueces y los vegetales, tus mejores aliados.
- Restringe los procesados.
- Practica ejercicio.
- Si eres padre o madre, vive esta etapa de tu vida como algo nuevo, no como un estrés continuo.
- Practica manualidades.
Y es que, por muy raro que pueda llegar a sonar, “las manualidades son el nuevo yoga”. Pintar, tejer, hacer punto… cualquier tipo de manualidad que pueda gustarte es factible de ser tu tabla de salvación ante una etapa estresante que pueda devenir en episodios de ansiedad.
Los expertos, recomiendan una terapia de tipo cognitivo-conductual para tratar la ansiedad y las manualidades pueden ser esa ayuda que necesitamos para focalizar nuestra atención en un punto diferente al problema al tiempo que socializamos, nos aireamos fuera de casa y nos entretenemos.
Y es que aunque nunca servirán para sustituir la atención de los especialistas, buscar actividades que nos relajen y distraigan puede ser una fantástica forma de canalizar nuestra energía. Cada persona debe encontrar la actividad que le resulte más propicia, ya que las actividades de relajación más obvias son difíciles de lograr para una persona con ansiedad, así que no os centréis en yoga, Pilates o cualquier tipo de meditación que puedan recomendaros porque no importa el qué, sino los beneficios que obtenemos con ello.
Otro truco, aunque no sea la panacea, es llenar nuestra casa de lavanda, ya que este olor tiene un efecto calmante similar al Valium. Un estudio con ratones ha demostrado que oler linalool, un compuesto químico de la lavanda, actúa en la misma parte del cerebro que lo hace un medicamento para la ansiedad. Pero lo que este estudio ha puesto sobre la mesa es algo que ya sabíamos la mayoría, gracias a la sabiduría y la medicina popular, ya que es milenario el uso de la lavanda, casi siempre en infusión, para calmar nuestros nervios, del mismo modo que se usa la Tila.