La decisión de llevar a nuestro familiar mayor a una residencia de ancianos siempre ha sido de las más difíciles, tanto para el adulto mayor como para la familia, en gran parte por la concepción que suele tener de este tipo de lugares, que, para muchos, son sinónimo de abandono.
Sin embargo, muchos de estos lugares se esfuerzan en crear un ambiente idóneo para que las personas de la tercera edad vivan sus años dorados en compañía de otras personas de su edad y lleno de cuidados, atenciones y actividades, siempre todo bajo la observación de personal profesional y capacitado.
Estas cambian por completo la forma en la que solía ver estas residencias, lo que tienes que saber es como reconocerlas. Residencias Lacort, te da algunos tips para tomar en cuenta cuando estés visitando residencias pues son expertos en el cuidado de personas mayores en Valladolid.
Respeto
La principal característica que debemos buscar en este tipo de centros es el trato basado en el respeto.
Durante tu visita, numerosos detalles te darán información sobre este aspecto. Todos deben ser tratados con respeto, sin tener en cuenta su condición física, mental, social o sexual. El personal debe ser amable y atento a la hora de prestar la atención requerida. Y más importante aún, también debe respetarse la privacidad de los residentes en todo momento, por ejemplo, con pequeños detalles como llamar a la puerta antes de entrar.
Actividades variadas
El centro debe ofrecer una variedad de actividades sociales, físicas y educativas que sean de interés para todos los residentes, además de estar diseñados para su edad.
La interacción con la comunidad fuera de la residencia de mayores también debe fomentarse con grupos culturales, asociaciones, o grupos que comprendan diferentes edades para potenciar el sentimiento de pertenencia a la sociedad, a pesar de vivir en un «núcleo» exclusivo para la tercera edad.
Deben entender y reflejar el pensamiento de que formar parte de una residencia no implica el abandono de la vida ocupacional ni social. Por lo tanto, deben promover actividades de estimulación cognitiva, gimnasia, juegos de ocio y talleres específicos.
Buena comida
La dieta del centro para mayores debe ser un punto de especial atención. Este debe ofrecer comidas equilibradas y atractivas dentro de un ambiente agradable y de interacción social. También sería ideal si se tomarán en cuenta las preferencias del adulto mayor en cuestión y más importante aún, si estos necesitan comidas especiales debido a problemas de salud, dificultades para comer o debido a gustos y diferencias étnicas o culturales. Además, el personal debe estar controlando la ingesta nutricional y notificar a la familia y / o el médico si el residente se está alimentando correctamente o tiene dificultad para comer.
Ambiente hogareño
Ya que esta residencia será la nueva casa del adulto mayor, lo esperado es que se haga todo lo posible para mantener un ambiente hogareño y cómodo para los residentes, lo más alejado de ese estilo a hospital tan frio e impersonal que algunos tienen.
Asimismo, los residentes deben tener la facilidad para poder utilizar algunos muebles de su casa en sus habitaciones y adecuar su espacio para hacer de él su hogar.
Servicios extras
Sería un plus que la residencia ofreciera servicios extras como espacios de belleza y peluquerías. Esto porque ayudaría a los residentes a tener una mayor sensación de bienestar al sentirse bien con su apariencia física.
Otros servicios como el acceso a Internet son imprescindibles, sobre todo en estos tiempos de pandemia. La tecnología ha llegado para quedarse y los residentes que disponen de nuevos modos de comunicación ven reforzada su autoestima cuando por fin son conscientes de que están hablando y viendo en directo a sus familiares y seres queridos que están lejos.
Ambiente seguro y limpio
Los pasillos y las puertas deben estar libres de obstáculos que puedan causar lesiones y deben estar bien iluminadas. Los residentes deben estar arreglados y aseados, y por supuesto, no debe haber olor a orina o heces.
Horario abierto
Las familias y los residentes potenciales deben tener permitido aparecer en «cualquier momento», claro, siempre que sea a una hora razonable, y es que se sabe que cuando una residencia tiene algo que ocultar los horarios inflexibles son su mejor solución.
Debe mostrarse tal cual es
Muchas veces, cuando programas una visita para conocer la residencia, algunas de ellas serán capaces de hacer cualquier cosa para cerrar la venta; incluso, si eso significa poner a los pacientes con demencia en la cama y repartir una ronda adicional de píldoras de la felicidad para que el lugar parezca tranquilo y sereno. Lo mismo aplica si todo el personal sonríe de oreja a oreja.
Para no caer en estas tretas, mejor prueba a hacer una visita de manera inesperada, verás que lo normal es que encuentres una mezcla de ajetreo y bullicio, de sonrisas y lágrimas.
Personal de calidad
En cada turno debe haber un número mínimo de auxiliares y enfermeras que se requieren por ley. Estos deben ser amables con los residentes, conocerles y estar dispuestos a ayudarles con cualquier solicitud; incluso, también es importante detectar como gestionan los tiempos de espera de los residentes para recibir la ayuda solicitada. Hay una gran diferencia entre ignorar una llamada y no ser capaz de responder por estar desbordado. Por ejemplo, muchos residentes temen la habitual respuesta del «ya voy» tras haber sufrido eternas esperas constantes para pedir algo tan básico como ir al servicio. Y por último, pero igual de importante, es el director. Este debe hacer algo más que apariciones estelares, y entre otras cosas, conocer el nombre de cada residente.
Legítimo derecho a la sanidad
Aunque no les gusta la palabra «medicalizadas», expertos como Pilar Leukona, vocal de Geriatría del Consejo General de Enfermería, creen que dotar a los centros de profesionales y recursos farmacológicos necesarios es «dignificar la salud y el cuidado de los mayores». “Si estás en un centro es porque no puedes estar en casa y mereces los recursos necesarios”, indica la profesional.
“Es cierto que hay iniciativas para mejorar los cuidados sanitarios pero son pocas y muy desequilibradas, hacen falta tanto personal como fármacos” dice.
En vista de esto, se está buscando que las residencias comiencen a tener su legítimo derecho a la Sanidad. «Hay un área en Barcelona con 17 residencias y dos equipos de atención primaria. Eso es claramente insuficiente y o amplías los equipos allí o los pones dentro de las residencias. Pero si el concierto, como los hay, es a 50 euros por persona y día, el problema es la financiación», añade.
Leukona reivindica la presencia de una enfermera de forma permanente en las residencias, que «podría evitar hasta un 90% de las salidas al hospital. Las infecciones de orina, complicaciones respiratorias o los paliativos los puede dispensar una enfermera si hay una prescripción. Se evita que el anciano tenga que estar en urgencias, solo, con un beneficio tanto para él como para sus familiares e incluso de ahorro para el sistema», incide.
Historia clínica y social compartidas
Alfredo Bohórquez, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), subraya que es necesario reforzar la atención sanitaria que se da en las residencias, «porque es un derecho de todo el mundo y necesita de una coordinación entre las áreas sanitaria y social». Y es que la falta de coordinación ha dado paso al desastre, contando que en muy pocas comunidades autónomas hay una historia clínica compartida entre las residencias y el hospital. «De haber existido, con el nivel de complejidad del perfil de estos pacientes, hubiera facilitado muchísimo el flujo de derivación al hospital», añade el geriatra.
María José Bueno, vocal de la Sociedad Española de Calidad Asistencial de Bohórquez, secunda la moción diciendo que es «absolutamente imprescindible. Hay que coordinar, definir perfiles sociosanitarios con equipos integrales que hagan la gestión de los casos. Hay modelos internacionales, llevamos 15 años hablando de esto y hemos avanzado muy poco», lamenta.
Lecciones del COVID-19
Luego de haber pasado por una pandemia, los expertos coinciden en que la falta de material de protección (EPIS) y de test diagnósticos no pueden volver a repetirse. “Hay que tener stocks suficientes, dentro de la residencia o de rápido acceso en caso de problema. Esto no puede volver a pasar y tiene que estar claro y escrito en los planes de contingencia”.
Usa tus habilidades de observación
Al visitar una residencia por primera vez, debes utilizar tus habilidades de observación para detectar todos los detalles importantes. No esperes a que el personal de marketing o el director te enseñen los defectos.
Una recomendación es ir en compañía de alguien más, ya que podrás tener una segunda opinión. Además que, cuando finalmente tu familiar ingrese en la residencia, deberás continuar prestando atención en cada visita por si acaso se te paso algo en la primera visita.
En conclusión, una residencia de personas mayores no puede ser una imagen perfecta el 100% del tiempo, pero los aspectos positivos deberían pesar más que los defectos.