La actualidad presenta para los jóvenes retos de una dificultad absoluta, prácticamente extrema, por la que no todos los adultos y los ancianos han tenido que pasar. ¿Los motivos? Sin lugar a dudas, se deben a las condiciones económicas que atraviesan nuestro país y que, lejos de estar recuperándose como asegura buena parte de los políticos españoles, sigue azotando con fuerza nuestra sociedad y especialmente a todos aquellos que están comenzando a buscar oportunidades para ganarse la vida.
Esos retos parten de la dificultad que tienen los jóvenes por encontrar trabajo a día de hoy en un país como España. No en vano, el desempleo juvenil protagoniza tasas que en otros países europeos serían vistas prácticamente como un suicidio social. Pongamos por ejemplo esta noticia del diario El Economista, en la que se informa de que la tasa de desempleo juvenil desciende, el pasado mes de enero, hasta un 37’4%. Sobre el papel parece una buena noticia. Y en realidad lo es. Pero, ¿de verdad tenemos que congratularnos por el hecho de que prácticamente cuatro de cada diez jóvenes españoles que busquen empleo actualmente no lo encuentren?
No tendría que ser así. Pero todos sabemos que la situación ha llegado a estar bastante peor de lo que está ahora, con tasas de paro juvenil cercanas al 50%. Sea como sea, el caso es que la cantidad de jóvenes parados que hay en España está haciendo imposible uno de los grandes propósitos que se marcan los jóvenes una vez que finalizan sus estudios, ya sean superiores o no: la emancipación.
En efecto, conseguir la independencia individual es una labor que por desgracia está reservado a unos cuantos privilegiados en un país como el nuestro. Los beneficios de dicha independencia son ricos y abundantes para todos los ciudadanos, ya que, por un lado, los jóvenes comienzan a desarrollar su vida del modo que realmente les interesa y, por el otro, los padres se ‘liberan’ de la carga económica que implica tener que mantener a un descendiente que todavía no tiene empleo.
Otro artículo periodístico, en este caso de la agencia Europa Press, manifiesta en cifras el problema de la emancipación en España. Según dicha información, publicada durante los últimos días del pasado 2017, menos del 20% de los jóvenes pueden emanciparse en nuestro país como consecuencia de la no posesión de un empleo en función de los datos manejados en uno de los boletines del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE).
El artículo no se queda ahí, porque también añade que el 40% de los jóvenes de nuestro país se encuentra en su riesgo severo: el de padecer pobreza. O lo que es lo mismo, una auténtica desgracia para nuestro país, para la sociedad y para cada familia. Ser capaces de acabar con estos datos es imprescindible, pero todavía dista mucho de convertirse en una realidad en España y precisamente por eso es más necesario que nunca que cada Administración Pública trabaje en ello.
Medios para lograr la independencia
No son muchas las oportunidades ni las maneras que tienen los jóvenes de hoy en día para lograr su emancipación. Es cierto que el precio de la vivienda ha bajado mucho en los últimos años como consecuencia de la crisis, pero no es menos cierto que sigue siendo una auténtica travesía por el desierto la de conseguir una independencia plena puesto que la compra de la vivienda no es el único gasto al que deben enfrentarse los nuevos compradores, sino también a una de compra de muebles que no está siendo sencilla para todos aquellos que se quieren independizar.
Esta entidad ha adquirido una importancia muy grande entre las parejas de jóvenes que luchan por forjarse una vida propia y que no necesite de la ayuda económica de ningún pariente para existir. En un mercado en el que el precio de los muebles está ganando peso con respecto a su calidad, Dismobel es idónea tanto para obtener una cosa como la otra. Y ese es el secreto del éxito que tiene entre los jóvenes.
¿Qué podemos esperar del futuro? La verdad es que éste es impredecible por completo. Pero algo es seguro: no será nada fácil para las diferentes generaciones de jóvenes que están por llegar. Para conseguir una vida propia seguirán haciendo falta dos cosas: trabajar muy duro y, sobre todo, ser consciente de dónde están las buenas oportunidades para hacerlo más fácil.