Vivimos en un país en el que nos caracterizamos por recibir una buena cantidad de horas de sol y luz cada año. No cabe la menor duda de que eso nos viene bien puesto que permite que nuestro clima sea mediterráneo, favoreciendo con ello una cuestión tan básica para nosotros como lo es el turismo. Y es que creemos firmemente que la mayoría de los españoles se siente cómodo con el clima que tenemos en el interior de nuestras fronteras. La verdad es que España no sería la misma sin el sol, sin sus altas temperaturas y sin sus costas. Es algo lógico.
Pero nadie duda de que el sol también puede tener consecuencias que son bastante perjudiciales para nuestra salud. Es algo de lo que han advertido en numerosas ocasiones los profesionales de la salud y que tenemos que tener en cuenta a fin de evitar males como lo puede ser el cáncer de piel, que por desgracia es cada día más habitual en los momentos en los que nos encontramos. Y cuidarnos y permanecer protegidos de este tip de cuestiones está en nuestra mano. Eso no lo podemos dudar en ningún instante.
La cantidad de horas de luz que tenemos en nuestro país nos ha obligado, a lo largo de los años, a tener en cuenta diversos sistemas para protegernos del sol, sobre todo, y como es evidente, en los meses de verano, en los que a ciertas horas dicha luz puede ser verdaderamente molesta y perjudicial para los nuestros y para nosotros mismos. Según un estudio que recientemente hemos elaborado desde esta página, uno de los mecanismos preferidos para mantener nuestro hogar protegido del sol en verano es, a su vez, uno de los más tradicionales. Hablamos de los toldos. Y es que, según nos han comentado los profesionales de Toldos Clot, una entidad especializada precisamente en este tipo de elementos, los españoles y las españolas confiamos mucho en este tipo de objetos para mantenernos a salvo en los meses de junio, julio o agosto.
En términos de calidad de vida, es crucial que apostemos por la protección ante el sol. La diferencia entre hacerlo y no hacerlo es realmente grande y puede afectar a nuestra felicidad. El calor llega a ser realmente insoportable en muchos lugares de la geografía española y parece lógico pensar que, en caso de no combatirlo, podamos sentirnos amargados e incómodos con nosotros mismos. Lo cierto es que hay pocas sensaciones que puedan llegar a ser peores que esa. A nadie le cabe duda alguna.
Un problema que no es solo español
El problema del calor no es algo que tenga solo que ver con España. Son muchas las zonas de la Tierra que se encuentran bañadas por el sol durante buena parte del año. Y, aunque la verdad es que eso les confiere algunas ventajas, no cabe la menor duda de que esto también puede llegar a ser un inconveniente de grandes dimensiones sobre todo si se recibe cantidades ingentes de sol en un periodo de tiempo reducido. Este si es un verdadero peligro para todas y cada una de las personas expuestas a este tipo de climas.
Un estudio que fue realizado por la página web Geografía Infinita hablaba del reparto de las horas de sol que tenemos a lo largo del mundo. Podemos observar el dibujo del globo terráqueo que aparece con varios colores, indicando con cada uno de ellos el grado de incidencia que tiene el sol en esa zona durante todo el año. Nos damos cuenta de cómo, por ejemplo en España, la incidencia es bastante alta, sin que, por cierto, seamos los más perjudicados por ello. Pero sabemos que, en verano, el sol aquí pica. Y mucho.
Otro artículo, en este caso publicado en el portal web Endesa Clientes, hacía hincapié en las ciudades que más (y también que menos) sol recibían a lo largo del año en todo el mundo. En lo que se refiere a las primeras, encontramos las siguientes:
- La primera es Yuma, en Estados Unidos, que recibe una media de 11 horas de sol al día en invierno y 13 en verano, sobrepasando los 40 grados durante más de 100 días al año.
- En segunda posición se sitúa Phoenix,que pasa de los 300 días de sol al año, entre los cuales encontramos 89 con temperaturas de, al menos, 38 grados, sobre todo entre los meses de junio y septiembre.
- Asuán, en Egipto, copa la tercera plaza con unas 3-863 horas de sol al año.
Desde luego, estos son solo algunos de los ejemplos que indican que el sol no siempre es un amigo y que, en bastantes situaciones, necesitamos protección ante él con independencia de que seamos jóvenes, ancianos, mujeres, hombres, ricos o pobres. De lo contrario, tendremos problemas más pronto que tarde como el cáncer de piel, al que ya nos hemos referido y que sin ninguna duda es el más temido de todos. Para evitarlo, un toldo puede ser el mejor de los aliados.