¿Cuál es la mejor edad para aprender un nuevo idioma?

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Lo ideal es aprender el idioma cuanto antes, pero en práctica no todos nos volvemos poliglotas en la escuela primaria y comenzamos a interesarnos por un segundo o un tercer idioma ya con una edad más avanzada. Entonces, para muchos surge la pregunta ¿cuál es la mejor edad para aprender idiomas?

Para responder a esta pregunta, se han realizado diferentes estudios. Por ejemplo, uno de ellos revela que los niños deben comenzar a los 10 años para conseguir una fluidez de una persona nativa. De hecho, los niños a los que se les habla de forma continuada en otro idioma tienen más probabilidades de ser bilingües. Y es que a medida que va pasando el tiempo y vamos sumando años, se hace más complicado el aprendizaje de un nuevo idioma.

Por otra parte, un nuevo estudio cuenta ahora que los jóvenes tienen más habilidades para aprender la gramática de un idioma nuevo hasta los 17 o 18 años. El inglés que aprendemos a los 6 años cuando estamos en el colegio, nos da los conocimientos necesarios de las pequeñas cosas, y ayuda a que el oído se vaya acostumbrando al nuevo idioma; y luego, iremos adquiriendo más habilidades a medida que vayamos desarrollando nuestra educación.

Sin embargo,la máxima a seguir a la hora de introducir el bilingüismo y la enseñanza trilingüe  es que no por aprender más rápido se aprende mejor.

La mejor edad según los expertos

De acuerdo con Rocío Bautista, fonoaudióloga y educadora, la lengua materna se fija totalmente en el niño hacia los cuatro años de edad y es a partir de este momento cuando se recomienda iniciar el aprendizaje de una segunda lengua, porque así no revuelve las palabras de una y otra, y se evitan dificultades en el desarrollo general de su comunicación.

Un aspecto muy importante a tener en cuenta es que unos niños aprenden más rápido que otros y que algunos tienen más facilidad para los idiomas que otros. Por esto, Bautista considera que en verdad el mejor momento termina siendo el bachillerato, pues en estos años ya el alumno ha logrado apropiarse de los otros dos idiomas y debe ser capaz de comunicarse con ellos

Y es que, según nuestros amigos de la Academia de Preparadores Online de Inglés Primaria, se supone que cuando dejamos el colegio, nuestro nivel de inglés es equivalente a un A2. Por esto, en los años posteriores igual debemos trabajar en el speaking y el listening para conseguir un nivel más competente. Por lo general, se opta por apuntar al alumno a una academia de idiomas que le ayude a repasar lo aprendido y practicar con otros compañeros.

No obstante, hay otras personas que hasta que no llegan a la universidad no son conscientes de la necesidad de aprender otro idioma y ponen manos a ello, por ejemplo, tomando la opción de estudiar algún año de la carrera en el extranjero, con el objetivo de practicar con nativos y coger soltura para hablar.

Finalmente, tras la universidad, cada persona elegirá qué hacer y si los idiomas son algo fundamental en su vida; siendo ese es el momento en el que más gente abandona el estudio de otro idioma hasta que tiene la necesidad de tenerlo para optar a un puesto de trabajo o realizar estudios complementarios.

Aprendizaje fácil

Todos comenzamos como lingüistas naturales. Cuando somos bebés, podemos escuchar las 600 consonantes y 200 vocales que componen los idiomas del mundo, pero en nuestro primer año, nuestros cerebros comienzan a especializarse, sintonizándose con los sonidos que escuchamos con mayor frecuencia.

Así, los bebés comienzan a balbucear es en su lengua materna. Incluso los recién nacidos lloran con acento, imitando el habla que escucharon mientras estaban en el útero.

A su vez, esta especialización también significa eliminar las habilidades que no necesitamos; por ejemplo, los bebés japoneses pueden distinguir fácilmente entre los sonidos ‘l’ y ‘r’, pero esto se les dificulta más a los adultos japoneses. Y es por esto que los expertos coinciden en que los primeros años son cruciales para adquirir nuestro propio idioma.

De hecho, los estudios de niños abandonados o aislados han demostrado que si no aprendemos el habla humana desde el principio, no podemos compensarlo fácilmente más adelante.

Sin embargo, no existe el mismo límite para el aprendizaje de idiomas extranjeros.

No todo está perdido para los adultos

Por otro lado, Antonella Sorace, profesora de desarrollo lingüístico y directora del Centro de Asuntos de Bilingüismo de la Universidad de Edimburgo, Escocia defiende que «No todo empeora con la edad».

Un ejemplo de esto es el «aprendizaje explícito»: el estudiar un idioma en un salón de clases con un maestro explicando las reglas. En este caso, la experta explica: «Los niños pequeños son muy malos en el aprendizaje explícito, porque no tienen el control cognitivo y las capacidades necesarias de atención y memoria mientras que los adultos son mucho mejores en eso”

Así, un estudio realizado por investigadores en Israel encontró que los adultos son mejores para comprender las reglas de un lenguaje artificial y aplicarlas a nuevas palabras en un entorno de laboratorio.

El estudio se trataba de una comparación entre tres grupos diferentes: niños de 8 años, niños de 12 años y adultos jóvenes. Entonces, los adultos obtuvieron puntajes más altos que los dos grupos más jóvenes, y los niños de 12 años también obtuvieron mejores resultados que los más pequeños.

Así mismo, esto coincidió con los resultados de un estudio a largo plazo de casi 2.000 estudiantes bilingües (hablantes de catalán y español) de inglés: los principiantes tardíos adquirieron el nuevo idioma más rápidamente que los principiantes más jóvenes.

Para los investigadores israelíes, los adultos jóvenes que participaron en su experimento pueden haberse beneficiado de las habilidades que vienen con la madurez, como estrategias más avanzadas de resolución de problemas y una mayor experiencia lingüística. Es decir, como se conocen más a sí mismos y al mundo, pueden usar este conocimiento para procesar nueva información. Mientras que los niños pequeños, por su parte, destacan es en aprender implícitamente, escuchando a hablantes nativos e imitándolos, lo cual implica pasar mucho tiempo con estos hablantes nativos.

Por su parte, en 2016, el Centro de Asuntos de Bilingüismo preparó un informe interno sobre las lecciones de mandarín en las escuelas primarias y descubrieron que una hora a la semana de enseñanza no marcaba una diferencia significativa para los niños de 5 años. Solo se lograba una mejora incluyendo a un hablante nativo, ya que les permitía comprender elementos del mandarín como los tonos.

«Lo importante es entender que con la edad también varían muchas otras cosas», dice Danijela Trenkic, psicolingüista de la Universidad de York.

Así, al entender que la vida de los niños es completamente diferente a la de los adultos, entendemos también que al comparar las habilidades lingüísticas de niños y adultos, no estamos comparando dos cosas iguales.

Para explicar mejor estas diferencias, Trenkic pone como el ejemplo a una familia que se muda a un nuevo país. Los niños aprenderán el idioma mucho más rápido que sus padres. Esto porque los niños pueden sentir un mayor sentido de urgencia, ya que dominar el idioma es crucial para su supervivencia social: hacer amigos, ser aceptados, encajar. Mientras que, en el caso de los padres, tienen más probabilidades de poder socializar con personas que los entienden, como otros inmigrantes, restándole urgencia al aprendizaje.

De hecho, la creación de vínculos de amor o amistad con hablantes nativos es tan definitiva en el aprendizaje de un nuevo idioma que un estudio de 2013 de adultos británicos que empezaban a aprender italiano descubrió que los que perseveraron fueron ayudados por vínculos con otros estudiantes y el maestro. «Si encuentra personas de ideas afines, eso hace que sea más probable que continúes estudiando un idioma», apunta Trenkic. «Y esa es realmente la clave. Debes pasar años aprendiéndolo. Y a menos que haya una motivación social para ello, es realmente difícil de mantener».

Un proceso de toda la vida

A principios de este año, un estudio del MIT basado en un cuestionario en línea a casi 670.000 personas encontró que para lograr un conocimiento nativo de la gramática inglesa es mejor comenzar a los 10 años, después de lo cual esa habilidad disminuye.

Sin embargo, el mismo estudio también demostró que podemos seguir mejorando en los idiomas -incluido nuestro idioma materno- con el tiempo. Por ejemplo, encontró que solo dominamos completamente la gramática de nuestro propio idioma cerca de los 30 años.

Así mismo, existe un estudio online anterior, que encontró que incluso los hablantes nativos aprenden casi una palabra nueva al día en su propio idioma hasta la mediana edad.

Aunque, en relación a estos estudios, Trenkic, señala que analizaron algo extremadamente específico como la capacidad de hacerse pasar por un hablante nativo en términos de precisión gramatical, lo que para el estudiante de idiomas promedio, eso puede no ser tan relevante.

En conclusión, aunque la edad ideal para aprender un idioma es entre los 4 y los 18 años, no quiere decir que no podamos perfeccionar los que ya conocemos o incluso, utilizar nuestra comprensión de nuestras propias habilidades y como funciona el aprendizaje para adquirir una lengua nueva.

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