Hace unas semanas que terminó la Navidad y lo cierto es que ninguna época del año es mejor para comprobar la excelencia de una gastronomía como la española. En las cenas de muchas familias en este país se degusta el mejor jamón, un queso de la más alta calidad, un buen vino y un sinfín de productos más que son típicos de una región del mundo como esta. Por eso la gente espera con tanta impaciencia que llegue una época del año como esa. No es por los regalos de Papá Noel o los Reyes Magos. Ya no somos niños ni niñas. Ahora queremos llenar bien nuestro estómago.
Los próximos párrafos van a estar caracterizados por comentarios relativos a uno de esos productos, concretamente el primero: el jamón. Se trata del producto estrella de la gastronomía de este país para mucha gente y no es para menos. Tenemos muchas zonas en las que es típica la producción de jamón ibérico, zonas que son conocidas en el mundo entero por esta labor y que, de hecho, reciben la visita de miles y miles de turistas cada año. Seguro que son muchos los hombres y mujeres de otras nacionalidades que hubieran matado por haber nacido en España solo por tener más a mano el jamón ibérico.
Una noticia publicada por la web Canal Extremadura nos da la razón apuntando que el jamón es un símbolo de la cultura española y el más internacional de todos nuestros embutidos. Ya somos un país que, de por sí, es una referencia mundial en lo que a embutidos se refiere. Ser el líder de ese país para esa clase de productos, que es la posición que ocupa el jamón, no es nada fácil. No nos cabe duda de que ese liderazgo es algo que ya se concibe como algo lógico en el interior de nuestras fronteras y que no va a cambiar bajo ningún concepto por muchos años que pasen.
La web España es Cultura también ha dedicado varios de sus artículos al jamón, en este caso al ibérico, que es el más apreciado. Se refiere a él, en la noticia que os vamos a enlazar a continuación, como un producto saludable y exquisito, lo que le convierte en una de las grandes joyas de la corona de la gastronomía española. Debe ser así cuando son millones y millones de personas las que lo consumen en el interior de nuestras fronteras y cada vez son más las que se animan a hacerlo en otros países y continentes.
Uno de los máximos exponentes de la cultura española es el jamón ibérico, que ha servido para caracterizar películas, libros, obras de teatro y cualquier representación que haya tenido algo que ver en España. Pocas cosas hay que exporten una visión más impoluta de nuestro país. Y los profesionales de Iberjagus tienen un ejemplo claro de que esa buena imagen de la que hablamos es algo tan real como la vida misma: según sus registros, el volumen de pedidos que han recibido y que son procedentes del extranjero ha crecido de una manera relevante en apenas un año. ¿Hace falta seguir argumentando por qué el jamón ibérico es el mejor de nuestros productos?
Un crecimiento prolongado
Estamos hablando, por cierto, de un crecimiento que no es solo de este año. Quitando el año 2020, que fue muy extraño por los motivos que todos y todas conocemos, el consumo y la compra de jamón ibérico en el extranjero ha ido creciendo. Y lo mejor de todo es que no tenemos ni idea de cuándo se va a paralizar ese crecimiento. No nos extrañaría en absoluto que se mantuviera durante un siglo entero. La calidad es la calidad y, cuando se apuesta por ella, lo lógico es salir bien parado.
Las empresas que se dedican a la producción de este tipo de alimentos, desde luego, pueden estar tranquilas. Su modelo de negocio se va a seguir manteniendo sin ningún problema. La imagen que tiene el jamón ibérico en el mundo entero es tal que no tenemos ninguna duda de que su consumo va a seguir siendo alto en diferentes zonas de la geografía mundial. Esa noticia, para una economía como la española, que flaquea en otros sectores, es mucho más que excelente.
Ojalá que este artículo sirva como ejemplo para demostrar en unos años que el sector tenía unas perspectivas que se han terminado cumpliendo. Si el sector dedicado a la producción de cualquier tipo de jamón se ha mantenido muy vivo incluso durante los peores momentos de dos crisis como la del 2008 y la provocada por el coronavirus, que además han venido muy cerca la una de la otra, está claro que estamos hablando de una actividad a prueba de bombas. Y así lo seguirá siendo, que os quepa ninguna duda.