La aprobación del Convenio Europeo del Paisaje en el año 2000 abrió una nueva etapa en la atención y consideración global del paisaje urbano y rural. Por ello, la Comunidad Autónoma de Galicia, siguiendo sus directrices, acaba de publicar una guía de buenas prácticas que pretende ser una herramienta de referencia que sirva de ayuda para que la ciudadanía y los técnicos competentes en materia de urbanismo como arquitectos, arquitectos técnicos, diseñadores, decoradores o personal dedicado al mundo de la construcción, tengan unos criterios normativos que sirvan de base para armonizar y evitar impactos visuales y estéticos, en fachadas de edificaciones y espacios exteriores, tanto en los núcleos históricos de las ciudades como en el entorno rural.
En general, los ayuntamientos con cascos históricos urbanos tienen aprobada una normativa, ordenanzas o planes especiales de protección, que ya contemplan las condiciones de instalación de la publicidad exterior con el fin de evitar una imagen desordenada, confusa y antiestética.
Entre los elementos que de una forma más llamativa producen un deterioro de la imagen en los núcleos históricos se encuentran los siguientes:
– Carteles. Su excesivo tamaño, su colorido intenso y a veces luminoso, su forma, la acumulación de los mismos, su disposición o colocación en la fachada de edificios, los materiales empleados… hacen que resulten excesivos y desproporcionados al entorno, produciendo distorsiones y una mala imagen. Con el fin de evitar esto, se propone:
– El empleo de carteles de formas regulares, ya sean rectangulares, cuadradas, circulares…
– Colocación principalmente en huecos de la planta baja o muros de fachada, con una altura no superior a los 30 o 50 cm.
– Letras sueltas recortadas sobre el fondo de la fachada, cuyo perímetro pueda ser circunscrito por un rectángulo o un cuadrado, teniendo como fondo la propia fachada, de forma que quede más integrado en la arquitectura.
– Se evitará la colocación de carteles en galerías, balcones, balaustradas de hierro o piedra, etc.
– Evitar acumulación de carteles, en su lugar se deberá colocar uno solo de mayor calidad y que contribuya a transmitir una mejor imagen del establecimiento al que pertenece. Del mismo, cuando en un mismo edificio o en edificios contiguos existan varios establecimientos con fachadas estrechas, se intentará no ocupar el máximo espacio de fachada, dejando espacios o márgenes entre los carteles de establecimientos contiguos, con el fin de evitar una imagen caótica y de desorden visual y a la vez, favorecer la identificación individual de cada negocio.
– Toldos. La utilización de toldos con colores intensos o de fuertes contrastes o con publicidad comercial transmite una imagen negativa. Por lo que se debe evitar la colocación de toldos con textos o imágenes publicitarias, con la excepción del nombre del establecimiento, que se podrá colocar al frente. En este sentido, los expertos de Rolltec, toldos en Alicante, destacan que el color de estos toldos deberá ser neutro o en colores que armonicen con el entorno.
– Paneles con fotografías en color. El uso de este tipo de paneles, tanto en establecimientos con una imagen corporativa como bancos, franquicias o establecimientos de alimentación, restaurantes, cafeterías, hoteles, etc. por su utilización del color únicamente con criterios comerciales o de imagen corporativa, sin tener en cuenta el entorno contribuyen en gran medida al deterioro de la imagen urbana, por lo que deberá evitarse la utilización de imágenes o fotografías como parte de los paneles y utilizar colores neutros.
– Materiales. La utilización de materiales brillantes como el acero inoxidable, el aluminio o el plástico con colores intensos, pueden producir visualmente y estéticamente fuertes impactos. Resulta mucho más aconsejable la utilización de materiales como la forja, madera, tela o materiales como el bronce, el latón o el zinc, que con el paso del tiempo adquieren una pátina natural que favorece la integración.
Casco histórico y patrimonio cultural
El desarrollo económico y urbanístico de las ciudades en algunos momentos ha podido llegar a comprometer la continuidad de los centros históricos de las ciudades, que se encuentran con otros problemas añadidos como un estado de conservación deficiente, no adaptado a las necesidades actuales, etc. Por ello, los organismos de patrimonio cultural de la Administración necesitan compaginar el proteger y conservar las características arquitectónicas, el contenido cultural e histórico, con la conservación y rehabilitación de los edificios, siempre bajo una normativa específica, para evitar la degradación, abandono y muerte de los cascos históricos.
Por los cascos históricos son elementos fundamentales en cualquier ciudad, ya que contienen mucha historia entre sus paredes, nos recuerdan que hubo otra forma de vida antes que la nuestra y aporta a las ciudades mucha riqueza cultural.