Trabajar y trabajar. No hacemos otra cosa durante el día a día a excepción del fin de semana (y eso, el que tenga la suerte de no trabajar durante un sábado o un domingo). Es duro, y especialmente durante estos meses invernales de enero o febrero, en los que además hay pocos puentes y fiestas regionales o locales. Por mucho que nos guste la actividad a la que nos dedicamos, siempre nos cuesta un mundo levantarnos por la mañana y dar comienzo a una nueva jornada laboral. La verdad es que todo el mundo preferiría quedarse en casa en lugar de tener que trabajar. Pero ya sabemos que eso no es posible si queremos llegar a final de mes.
El trabajo es necesario, eso todo el mundo lo sabe, pero está claro que también tiene riesgos que debemos tener siempre en cuenta para prevenir problemas. Uno de ellos tiene que ver directamente con la salud mental, que es una de las que requiere de una atención pormenorizada y que no siempre se ha encontrado a disposición de todo el mundo. Problemas como la ansiedad, el estrés o la depresión se producen en muchas ocasiones por culpa del trabajo y del día a día que pasamos en él. Por tanto, está claro que hay que prevenir cualquier asunto relacionado con ellos y atender a todas aquellas personas que puedan padecerlos, que no son pocas.
Estas son algunas de las causas que pueden provocar la aparición de problemas como los que hemos mencionado entre las personas:
- La presión. El hecho de tener que solventar las tareas de una manera inmediata es de lo más estresante a lo que nos podemos someter. No cabe la menor duda de que la ansiedad es algo bastante habitual entre todas aquellas personas que trabajan en un entorno en el que la presión es habitual.
- El sueldo. Si no es demasiado alto, nos parece normal que una persona tenga una preocupación muy grande al respecto de todo lo que rodea a su puesto de trabajo. Y es que sabe de sobra que, a pesar de estar invirtiendo 40 horas a la semana en algo que no le va a permitir llegar a final de mes.
- Bullying o mobbing. Estos problemas son tan reales como la vida misma en el terreno laboral. Por tanto, no cabe la menor duda de que pueden provocar un estado de salud mental que no sea el mejor entre aquellas personas que lo sufren.
Teniendo en cuenta todo lo que estamos comentando, no nos extraña lo más mínimo que los porcentajes de personas que sufren una mala salud mental sean más altos que en ningún otro momento de la Historia. Según una noticia que fue publicada en la página web de InfoJobs durante el pasado mes de octubre, el 47% de las mujeres (casi la mitad, es una barbaridad) sufre ansiedad laboral por culpa de asuntos como la carga de trabajo o la presión, frente al 36% de los hombres que pasan también por esa situación. Aunque en el caso de ellos el porcentaje es inferior, también es un dato muy grande y que muestra que estamos hablando de algo bastante habitual.
Como es lógico, un problema del tipo del que estamos hablando es muy peliagudo. Y lo es para todas las personas que rodean a aquellas que padecen en sus carnes una mala salud dental, incluidas las empresas para las cuales trabajan. Teniendo en cuenta que aquellas personas que sufren ansiedad, depresión o estrés tienen todo el derecho del mundo a darse de baja para poder reponerse, las empresas ven reducidas sus capacidades al dejar de contar con una de las personas que forman parte de su plantilla y también, si contratan a una persona, verán reducida su capacidad económica porque tendrá que invertir un tiempo determinado en adaptarse a su nuevo puesto de trabajo.
Fijaos en lo que apunta la noticia que vamos a compartir con vosotros y vosotras a continuación. Procede de la página web de las Naciones Unidas y asegura que la depresión y la ansiedad provocan una pérdida total de 12.000 millones de días de trabajo cada año, además de pérdidas económicas de un billón de dólares. Por tanto, hay que tener en cuenta que a las empresas les interesa disponer de servicios que permitan que sus empleados y empleadas no caigan en las garras de una salud mental negativa, lo cual puede generar un impacto terriblemente negativo en lo que se relaciona con el ambiente en el trabajo, la productividad e incluso la imagen de la empresa.
Los grandes problemas psicológicos del siglo XXI tienen que ver con la ansiedad, la depresión y el estrés que se ocasiona con nuestro puesto de trabajo. Esto ha obligado a las empresas a intervenir para tratar de reducir el número de bajas y de problemas relacionados con esto. En Psicólogos Gestalt Psi, una de las entidades que se encuentran relacionadas con estos problemas a diario, manifiestan que, desde el año 2018, se ha duplicado el número de empresas en España que han decidido contar con sus servicios para resolver o prevenir problemas de este tipo, por lo que han empezado a ofrecer sus servicios de psicólogos en terapia individual online.
Problemas que se dan también entre altos cargos
Puede parecer que los problemas de los que estamos hablando solo van a ser parecidos por personas que formen parte de la base de la empresa y no de sus altas esferas, pero lo cierto es que no tiene por qué ser así. En muchas entidades hay personas que ocupan un buen puesto que presentan todos los síntomas de padecer ansiedad, depresión o estrés, principalmente por culpa de la responsabilidad que va asociada a su puesto de trabajo y que les puede llegar a quitar el sueño. Por tanto, nos parece lógico que en muchos negocios se intente dar ese soporte y cobertura psicológica a este tipo de personas.
El peligro de padecer problemas de índole mental entre las personas que ostentan cargos intermedios o elevados es muy grande porque, si estas personas no rinden como deberían, pueden estar en riesgo los objetivos que se haya marcado la empresa en un aspecto concreto. Se trata de personas por las que pasan bastantes tareas y que son claves dentro de la organización y la comunicación interna de la compañía. No sería la primera vez que un problema de salud mental tira por tierra todo lo que una entidad está intentando construir. Y es una verdadera lástima que así sea, para qué nos vamos a engañar.
Un mal que también afecta a la gente joven
Los problemas como de los que estamos hablando también se producen en entornos educativos o juveniles, no solo en ámbitos empresariales. La gente joven también se encuentra expuesta a la ansiedad, la depresión o al estrés y no nos podemos olvidar de ella, que es algo que ha ocurrido en nuestra sociedad y que no nos podemos permitir bajo ningún concepto. Muchas personas jóvenes se han sentido aisladas y solas cuando se han encontrado en una situación así y la verdad es que no es ni mucho menos una situación que sea cómoda. Se necesita la máxima ayuda posible en estos casos.
No es por trabajo, pero sí por estudios por lo que la gente joven suele tener problemas como de los que estamos hablando. La llegada de una época de exámenes, de muchos trabajos o de la realización de varias tareas en grupo es algo que genera una dosis de esfuerzo extra que mucha gente lleva bien en un principio, pero que se puede convertir en algo peligroso si se alarga. Por tanto, conviene que estemos pendientes de la salud mental de este grupo de población para que no se vea obligado a padecer las consecuencias tan perversas que tienen los problemas de índole mental.
Y es que nadie tiene que quedarse al margen de cuestiones de este tipo. Para cualquier persona, aunque sea fuerte mentalmente, existe la posibilidad de verse metida en un agujero y pasarlo mal por culpa de la ansiedad, el estrés o la depresión. Las situaciones por las que tenemos que pasar a lo largo de la vida pueden ser de cualquier tipo y las que generan problemas pueden hacer que cambie nuestra mentalidad, que nos hagan sentir mucho más vulnerables y que menoscaben la confianza que tenemos en nosotros o nosotras mismas. Cuando vivimos una situación así, necesitamos ayuda.
Esto último que acabamos de decir es clave. La ayuda es lo que nos va a sacar del atolladero, tanto la que nos puedan prestar nuestros familiares y amigos como la que, desde un punto de vista profesional, podamos recibir. En ese sentido, tenemos que dejar el orgullo a un lado y no intentar salir del problema solo por nosotros mismos. Debemos ser conscientes de que hay personas dispuestas a ayudarnos y que esa siempre va a ser la mejor manera para conseguir el éxito en lo que nos estamos proponiendo. Desde luego, son muchas las personas que nos pueden indicar que esa técnica les ha servido para salir adelante y dejar definitivamente atrás un momento muy delicado de nuestra vida.