Quizás has escuchado que tu vecino trabaja en una empresa de líneas de vida. Y seguro que te has quedado como estabas. No es un aspecto que sea muy conocido, y paradójicamente es un empleo que está muy presente en la sociedad. Por eso, vamos a analizar un poco más cómo está este sector en España.
Las líneas de vida son, junto con el arnés anticaídas, los dispositivos de protección individual contra caídas más conocidos y utilizados dentro y fuera de los círculos de entendidos y, en consecuencia, los que registran mayores incidencias y dudas en cuanto a su clasificación y uso. Por eso no está de más poder ampliar un poco más la información.
Las líneas de vida pueden ser horizontales o verticales, temporales o permanentes, rígidas o flexibles y su uso ha crecido exponencialmente en los últimos años. Hay empresas especializadas en un tipo de líneas de vida y otras que ofrecen servicio en ambos casos, éstas últimas son más interesantes pues ante una emergencia dan mayor cobertura en todos los sentidos. ST Seguridad, Workprotect, Traltur….
El uso de estas líneas de vida ha vivido un crecimiento imparable en los últimos años. La razón es muy sencilla, al trabajador hay que cuidarlo, y desde la ley de prevención laboral se ha incidido mucho en ello. Y es que en una década, nadie se preocupaba de cómo estaba subido un trabajador a lo más alto de un tejado. Ahora sí. Desde cubiertas de naves industriales a tejados de viviendas residenciales pasando por todo tipo de estructuras verticales como escalas fijas de servicio.
Las líneas de vida verticales
Este modelo son consideradas EPI y sólo pueden ser utilizadas por una sola persona a la vez o las que indique el fabricante en relación a cada tipo de línea de vida vertical. Puede estar compuesta de cuerda, carril o cable, por lo que puede variar nuestro elemento de unión a dicha línea de vida. Lo que no se modificará es el uso obligatorio de arnés anticaídas. Las líneas de vida de carril están fijadas a una estructura y son estas fijaciones las que se pueden considerar estructurales.
Las líneas de vida horizontales
Por líneas de vida horizontales entendemos aquellos dispositivos de anclaje que podemos encontrar en lugares con riesgo de caídas de altura, teniendo por finalidad permitir a un usuario, equipado de un arnés anticaídas y un equipo de protección, el desplazamiento a lo largo del dispositivo de anclaje o línea de vida estando siempre conectado facilitando la prevención de caídas de altura y posibilitar las labores de acceso y posicionamiento para trabajos de mantenimiento en dichos lugares donde queda la instalación. Nos podemos encontrar con una línea de vida horizontal, flexible y fija, por ejemplo, y nos servirá para aportar seguridad durante los trabajos sobre una zona de tejado o cubierta. Su ubicación y material nos indicará el tipo de línea.
En cualquier caso sólo deberemos conectarnos a ella para poder progresar o desplazarnos con seguridad por el recorrido de la misma. En estas ocasiones, si la línea de vida cumple con la normativa en cuanto a revisiones anuales y está en buenas condiciones de uso (algunas de ellas pueden estar frágiles debido al tiempo y/o materiales deteriorados), sólo tenemos que unir nuestro arnés integral al carro o elemento de amarre que nos guiará por la línea de vida.
Cursos de formación
Las caídas desde alto aglutinan el 9 %, de los accidentes en jornada laboral con baja, siendo la primera causa en consecuencias físicas graves para el trabajador y provocando el 16% de los accidentes mortales, por eso las empresas de formación en trabajos de altura son de vital importancia para la Industria pues, gracias a sus cursos, se pueden prevenir un gran número de accidentes. La formación como elemento preventivo, formativo y vertebral supone un elemento esencial para dotar a los trabajadores de los conocimientos necesarios para evitar este tipo de accidentes.
Los primeros trabajos se realizan por trabajadores con una amplia formación, con una valoración del riesgo apropiada y utilizando unos equipos de trabajos y protección en correctas condiciones. Mientras que el segundo tipo de trabajos habitualmente se realizan por personas sin la debida formación específica, utilizando escaleras no adecuadas para esos trabajos y realizando movimientos desestabilizadores mientras están subidos a ellas.